miércoles, 3 de junio de 2015

On The Road to Mandalay


  "Quien llegue aquí con la mente abierta, se irá con el corazón lleno", leí en la guía Lonely Planet mientras preparábamos nuestro viaje.

Visitar este maravilloso país es retroceder en el tiempo. Recorrer 200 km nos lleva más de un día porque no hay carreteras. Lo mejor que pudimos hacer fue dejarnos llevar por la fascinación de todo lo que nos rodeaba. Como si de una peli se tratara, cada día en Myanmar es diferente.

Dejo aquí la Banda Sonora de este post, para ser abierta al final, después haber leído el texto (Aguantarseee!)... Viene con imágenes!

Uno de mis profes me dijo un día que al poner lenguaje en la experiencia, los humanos nos perdemos mucho. Estoy de acuerdo al 200%. Resulta imposible expresar con palabras lo que se siente al ver el amanecer en el Valle de Bagan, contemplando más de 4000 estupas y escuchando el más maravilloso silencio casi místico.
Valle de Bagán


En una aldeita recóndita una niña se acerca corriendo y me toca el pelo. De nuevo el lenguaje y sus limitaciones... lenguaje incapaz de dibujar esa mirada. Los ojos se le salían de las órbitas mientras comparaba sus mechones de pelo con los míos. Me mira fijamente, se aleja, se vuelve a acercar y me deleita con una inolvidable sonrisa.





Mientras navegamos el Lago Inle en una barquita de madera, los habitantes de las casas flotantes salen a las ventanas a saludarnos. Se avisan entre ellos. Ellos tan alucinantes para nosotros, nosotros tan exóticos para ellos. Y nace la magia del momento: la fascinación de descubrir y de darse cuenta que harían falta varios millares de vidas paraconocer todos los rincones y gentes de nuestro planeta.







Pero no todo es paz y amor en esta tierra, ni  mucho menos. El viajero que va a Birmania, a veces, va asustado. Nunca es buen momento para ir a Birmania, dicen.

Un año después de nuestra visita a Myanmar, la dictadura militar que dirige con mano de hierro Birmania decidió liberar a Aung San Suu Kyi, Premio Nobel de la Paz (La "Mandela" de Asia) de su largo arresto domiciliario.  Estas acciones, decían, “democratizadoras”  se han visto acompañadas permanentemente por la represión y la extorsión, privando a los  habitantes de Myanmar de lo que (al menos para mí) es el bien más preciado del ser humano... su libertad.



“Esto es Birmania, un lugar como ningún otro conocido”. escribió Kipling. Han pasado más de 100 años y el Sabio sigue teniendo razón; después de más de un siglo de aquella frase, Myanmar continúa siendo un mundo aparte.





El imponente Monte Popa



El maravilloso pente de teka de U Bein


Hasta la próxima!!! :-D